viernes, 11 de diciembre de 2009

Judith Butler: La teoría de la performatividad

Desde una enunciación explícitamente lesbiana, Judith Butler arremete contra la “heterosexualidad hegemónica”, contra una forma de describir, que es también una forma de prescribir o normar el sistema de género. ¿En qué medida las prácticas sexuales que se escapan de la normatividad cuestionan el concepto de género como heterosexualidad? ¿Qué es un hombre y qué es una mujer?

La idea es que las prácticas sexuales desestabilizan el concepto de género en su versión hegemónica, heterosexual. En efecto, este sistema invisibiliza las sexualidades alternativas. Las personas cuya apariencia no corresponde a las normas de género aceptadas son discriminadas. Esta discriminación refuerza la normatividad del concepto hegemónico de género como pura heterosexualidad. Entonces, la normatividad heterosexual no debería ser el fundamento del concepto género. La teoría de Butler se basa en la idea de la “performatividad” que implica que la palabra tiene un poder instituyente. En efecto, el habla crea la situación que nombra, sobre todo, a medida que se repite y se sedimenta en la cabeza de la gente. De este modo, como una repetición y un ritual, la performatividad permite la naturalización de una posición de sujeto en el contexto de una posición de sujeto en la interioridad de un cuerpo. La performatividad es ese aspecto del discurso que tiene la capacidad para producir lo que nombra. Es el modo discursivo por el cual se instalan los efectos ontológicos.

Finalmente, la propuesta de Butler apunta a “desnaturalizar” el género, contrarrestar la violencia normativa que traen consigo las morfologías ideales del sexo, así como desarraigar las suposiciones dominantes de la heterosexualidad natural o presunta que se fundan en discursos ordinarios o académicos sobre la sexualidad. La pregunta tiene que ser, entonces, qué tipo de sistema de género fuera necesario para que los individuos que practican una sexualidad alternativa pudieran tener una vida plena.

Puede sospecharse que la representación heterosexual está construida sobre la homofobia, sobre el rechazo de sexualidades que a penas pueden ser nombradas, o si lo son es para excluirlas y marginalizarlas. Resulta, entonces, que la aceptación plena de estas prácticas pone en crisis la realidad de un género, haciendo visible que estamos frente a un “conocimiento naturalizado” que reifica y excluye. Implica, por lo tanto, una violencia sobre cuerpos que pasan a ser vistos como falsos, irreales o ininteligibles.

Fuente: Página de Gonzalo Portocarrero http://gonzaloportocarrero.blogsome.com/2005/08/27/judith-butler-la-teoria-de-la-permorformatividad/

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